Nuestra Historia

En nuestra sociedad los pueblos indígenas, desde la época de la conquista, han estado sufriendo marginación, en ocasiones se les trata con desprecio, se ignoran sus demandas y comúnmente hay poco interés por resolver sus necesidades, ignorando de esta forma que tienen los mismos derechos y libertades que cualesquier ciudadano.
Ellos tienen un legado “histórico-ancestral” en el cual han forjado su riqueza cultural y han conservado con integridad a través de los siglos, sus tradiciones, enseñanzas y costumbres.
Todos nosotros somos el resultado de un mestizaje, y es invaluable lo que por miles de años las civilizaciones indígenas han contribuido para mantener un equilibrio entre el planeta, nuestro hogar, y nosotros como especie humana. Sus múltiples enseñanzas son patrimonio de la humanidad y sin embargo, desde hace algunas décadas, se ha encrudecido la falta de valoración de sus acuerdos y legados y existe un gran distanciamiento entre la supuesta “sociedad civilizada” y los pueblos indígenas tradicionales y contemporáneos.
Es urgente revalorar los principios fundamentales que nos han inculcado y compartido a través del tiempo, y es preocupante que cada vez nos acerquemos más a perder esa dádiva que se ha manifestado con verdades universales de generación en generación.
Es digno, honorable y de gran respeto, el adentrarnos en la magia de esas culturas y agradecer que aún existen debido a la lealtad para con sus tradiciones y ancestros.
Hay mucho que aprender de ellos para entender como han trascendido y sorteado los diferentes problemas y obstáculos a los que nos hemos enfrentado a través de tiempo como especie. También hay mucho que compartirles sobre la manera en que se desenvuelve la sociedad civilizada actual, compartir virtudes y debilidades de los sistemas políticos y asesorar sobre los derechos y libertades que tenemos en nuestra nación, nuestro continente y en el hemisferio.
DULCE CAMINO A.C. comenzó en el estado de Jalisco en los años 50’s, y fue la señora Ana Maria Tapia, viuda de González, quien comenzó brindando asistencia social a grupos indígenas de diversas comunidades, entre ellas la de Atequiza, la de Ciudad Granja y la de San Juan Ocotan. Fue hasta 1988 que un grupo de jóvenes simpatizantes con el movimiento, después de presenciar la marginación y miseria en la que vivían en ciertas comunidades indígenas, se reunieron para formalizar esta labor como Asociación Civil (Aunque quedó constituida legalmente hasta 1990) pues observaron la gran necesidad de conformar un organismo conductor de apoyo para poder beneficiar a los pueblos indígenas y aportar algo para esta causa social, humana y racial.
El símbolo de esta asociación fue dado a los miembros en una ceremonia de sanación guiada por el Abuelo Joe Washington, Jefe Lumi Piel Roja, de la comunidad de Beliham, Seatle, E.U. El lugar donde se celebró dicha ceremonia fue en el “Kanto de la Tierra” en la comunidad del Teopantli Kalpulli en San Isidro Mazatepec. Cuentan los miembros que cuando el Jefe y hombre medicina bendijo al grupo, en ese momento se abrió el cielo y apareció una paloma blanca volando en medio de un arco iris circular y el abuelo les dijo: "He visto una Serpiente de Luz Arco Iris corriendo por la Madre Tierra para Sanarla y Purificarla y ustedes, forman parte de esa Visión”.
En 1990, “Dulce Camino” tuvo la Bendición de recibir al Jefe y Hombre Medicina Lakota, Luciano Pérez. Comenta uno de los miembros: “El Jefe Luciano, con su trabajo físico y espiritual en la asociación, cuidó y alimentó esa pequeñita semilla de luz que sembró el abuelito Joe. Él nos enseñó, la gran riqueza del Camino Rojo y desde entonces, vela con y por nosotros, con mucha disciplina y amor en el servicio por los demás, desde nuestra propia sanación y liberación, pues nadie puede dar lo que no tiene. Nos enseño a realizar Oración Activa y permanente para lograr la Paz a través de caminatas, conciertos, danzas, consultas a enfermos y diversas ceremonias de sanación espiritual”.
Dulce Camino, apoya de manera continua y constante a las comunidades indígenas del estado de Jalisco y del país de México, esto a través de la enseñanza y protección de los Consejos de Ancianos ó Sabios de la comunidad: En la Comunidad Wixarrika es a través de los Marakames: Don Maurilio de la Cruz Ávila, Don Martín Carrillo y Don Pablo Taizán. En la comunidad Nahua es a través de la Jefa Rafaela Justo Elias y Toño Vázquez. En las comunidades Migrantes, es a través del Anciano Purepecha Don Carlos Tapia.
Los miembros de Dulce Camino, Pertenecen al Grupo Ritual Azteca de Los hermanos Plascencia bajo la guía de el General Don Rosendo Plascencia. Cada año, Dulce Camino participa en el traslado ceremonial de la “Virgencita de Zapopan” a su templo en la Basílica de Zapopan, Jalisco.
Dulce Camino pertenece al Linaje Olmeca bajo la tutela y dirección del Anciano Don Antonio Velasco Piña, y participa en el peregrinar anual del 2 de Octubre a La Aldea de los Reyes, para recibir la enseñanza de los volcanes Iztacihuatl y Popocatepec.
Dulce Camino A.C. te invita al privilegio de participar como miembro activo en nuestra Asociación, para aprender más de las comunidades indígenas y compartir con ellas nuestras fortalezas. Un Corazón que se conmueve y agradece contribuyendo a la Sanación de sus hermanos, ese Corazón, hace vibrar al Gran Espíritu de la Creación y por consecuencia seguirás siendo Bendecido por toda la Eternidad.
Somos Discípulos de la Gran Universidad de la Vida, danzamos con ellos, oramos con ellos, cantamos con ellos, soñamos con ellos y con toda la Creación. Hemos descubierto que al seguir purificando nuestro Corazón, hablamos con Dios, y descubrimos que es diferente a hablar de Dios.
Somos Custodios de la Mágica y Sagrada Enseñanza que transita en la memoria de nuestra historia y raíces indígenas, no queremos seguir permitiendo que estos pueblos sean relegados y olvidados. De no permanecer estoicos en esta Misión, olvidaremos nuestra historia y sin tales valores, seremos una especie confusa que puede perecer. Recordemos que “nosotros” venimos de ellos. Gracias por Compartir y Pertenecer.